Manejo de la Fiebre y las Convulsiones Febriles en Bebés y Niños

La fiebre es una respuesta común del organismo infantil ante infecciones y otras enfermedades. Aunque suele ser motivo de preocupación para padres y cuidadores, es fundamental comprender su naturaleza y saber cómo actuar adecuadamente. En este artículo, abordaremos el manejo de la fiebre y las convulsiones febriles en niños, proporcionando información basada en fuentes confiables y científicas.

¿Qué es la Fiebre?

La fiebre se define como un aumento de la temperatura corporal por encima de los valores normales. En niños, se considera fiebre una temperatura rectal superior a 38°C. Es una respuesta del cuerpo para combatir infecciones, ya que muchos agentes patógenos no sobreviven a temperaturas elevadas.

Mitos y Realidades sobre la Fiebre

Existen numerosos mitos en torno a la fiebre. La pediatra Lucía Galán, conocida como «Lucía mi pediatra», destaca que la fiebre en sí misma no es perjudicial y que su presencia indica que el sistema inmunológico está actuando contra una infección. Además, señala que la fiebre no produce convulsiones; estas ocurren en niños con predisposición y suelen presentarse cuando la temperatura sube rápidamente. ​

Manejo Adecuado de la Fiebre

Para manejar la fiebre en niños, se recomienda:
 
  • Uso de Antitérmicos: Si la temperatura es igual o superior a 39°C o el niño está incómodo, se pueden administrar antitérmicos como paracetamol (apto desde cualquier edad) o ibuprofeno (para mayores de 6 meses), siempre en las dosis adecuadas según el peso y la edad del niño. Siempre consultar con el pediatra el uso de cualquier medicamento.
  • Baños de Agua Tibia: Si decides bañar al niño, utiliza agua tibia. Los baños con agua fría pueden aumentar el malestar y provocar temblores, empeorando la situación. También puedes colocar paños empapados de agua fresca (no fría) en la nuca, las axilas y las ingles).
  • Hidratación y Ropa Ligera: Mantén al niño bien hidratado y vístelo con ropa ligera para facilitar la disipación del calor. Evita abrigarlo en exceso.​

Convulsiones Febriles: ¿Qué Son y Cómo Actuar?

Las convulsiones febriles son episodios convulsivos que ocurren en niños pequeños asociados a fiebre, generalmente entre los 6 meses y 5 años de edad. Aunque son aparatosas, en la mayoría de los casos son inofensivas y no causan daños a largo plazo.​
 
Cómo actuar durante una convulsión febril:
  1. Mantén la Calma: Aunque es una situación angustiante, es esencial mantener la serenidad para actuar correctamente.​
  2. Coloca al Niño en una Superficie Segura: Acuéstalo de lado en el suelo o en una cama, alejándolo de objetos peligrosos.​
  3. No Introduzcas Objetos en su Boca: Evita poner objetos o tus dedos en su boca; no se tragará la lengua.​
  4. Observa la Duración: Si la convulsión dura más de 1 minutos o se repite, busca atención médica de inmediato, o llama al 112.​
Tras una convulsión febril, es recomendable consultar al pediatra para descartar otras causas y recibir orientación adecuada.​

Importancia de la Formación en Primeros Auxilios Pediátricos

Estar preparado para enfrentar emergencias pediátricas es vital para padres, educadores y cuidadores. Formarse en primeros auxilios permite actuar de manera eficaz y segura ante situaciones como fiebre alta, convulsiones, traumatismos o intoxicaciones.
 
Una excelente oportunidad es nuestro Curso de Primeros Auxilios para Bebés y Niños. Este curso está dirigido a madres, padres, profesores, monitores de ocio y tiempo libre, y cualquier persona interesada en estar preparada para responder a urgencias y emergencias pediátricas comunes. Las próximas sesiones se llevarán a cabo los días 5 de abril (9 a 13 horas) y 26 de abril (15 a 19 horas), en Majadahonda.
 
Puedes obtener más información e inscribirte en el siguiente enlace.
 

Conclusión

La fiebre es una respuesta natural del organismo infantil ante infecciones y, en la mayoría de los casos, no representa un peligro grave. Sin embargo, es esencial conocer cómo manejarla adecuadamente y estar preparados para actuar en situaciones como las convulsiones febriles. La formación en primeros auxilios pediátricos es una herramienta que brinda seguridad y confianza a quienes cuidan de los más pequeños.
 
 
 

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